CARGA DE LA CABALLERÍA PESADA TEMPLARIA

CARGA DE LA CABALLERÍA PESADA TEMPLARIA

lunes, 29 de abril de 2013

EL DODECAEDRO PLATÓNICO


Platón  hace especial énfasis en el dodecaedro que contiene el número sagrado Pitagórico 5, en los lados de sus caras, y el también fundamental 12 en su número. Le tenía tanto respeto, que no se atrevía a nombrarlo directamente. Cada pentágono corresponde exactamente a una pentalfa.

domingo, 28 de abril de 2013

LOS SIETE METALES ALQUÍMICOS


Lámina alegórica del Musaeum hermeticum (1678). Los "siete metales" alquímicos (oro, plata, hierro, mercurio, cobre, plomo y estaño), aparecen representados en el interior de la tierra, en la que se engendran, pero en el cielo están asociados al Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Venus, Saturno y Júpiter, respectivamente. En las cuatro esquinas de la lámina hay alegorías de los cuatro elementos y las figuras centrales llevan en las manos un triángulo con el vértice hacia arriba (símbolo de los elementos que se mueven hacia arriba: fuego y aire), otro con el vértice hacia abajo (símbolo de los que lo hacen hacia abajo: tierra y agua) y la unión de ambos triángulos (símbolo del universo, en el que todos los elementos se combinan).

LA PARRILLA DE SAN LORENZO

 
La leyenda dice que en tiempos de persecución a los cristianos los tesoros de la Iglesia en Roma fueron confiados a Lorenzo, y entre todos ellos se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) y que Lorenzo consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos en un lugar sagrado en el “Callis Ianus” romano que se conoce por San Juan de la Peña.
 San Lorenzo murió quemado vivo en una parrilla. La advocación del Monasterio del Escorial a San Lorenzo podría significar:
 
-Un aviso de "sangre real"
-La búsqueda o descendencia del Santo Grial.
 
Por otra parte, San Lorenzo es el Dios Sol pagano cristianizado.
Un viejo tópico advertía que El Escorial tenía la forma de la parrilla en la que fue quemado San Lorenzo.

miércoles, 24 de abril de 2013

LA BIBLIA POLÍGLOTA DEL NIGROMANTE ARIAS MONTANO




Pero sin duda Benito Arias Montano es recordado principalmente por su obra capital, la Biblia Políglota de Amberes, sucesora de su análoga Complutense que el cardenal Cisneros mandó imprimir en Madrid a principios del siglo XVI y que se vio por fin terminada en 1522. A pesar del escaso tiempo transcurrido, poco más de 40 años, ya en tiempos de Arias Montano era sumamente difícil encontrar un ejemplar de la Políglota Complutense, por lo que el rey Felipe II decidió realizar una reimpresión  revisada de la misma que sería conocida como la Políglota de Amberes en razón de que fue en esta ciudad  donde tuvo lugar la edición, bajo la dirección de Arias Montano y entre los años 1568 y 1572, de los ocho volúmenes que constituyen esta importante obra digna sucesora de la anterior
Y si la Políglota le dio fama merecida a nuestro humanista, también le planteó problemas; envidioso al parecer de su prestigio, el catedrático salmantino y hebraísta León de Castro le acusó ante la Inquisición, al igual que lo hiciera con fray Luis de León, por haber dado más relevancia a los textos hebreos que a la Vulgata latina. Defendido por el padre Juan de Mariana y protegido por el propio rey, Arias Montano lograría por fin una sentencia absolutoria del tribunal del Santo Oficio, aunque tuvo que viajar a Roma para conseguir que el propio papa Gregorio XIII concediera dicha absolución.

viernes, 19 de abril de 2013

LA BÓVEDA PLANA DEL MONASTERIO DEL ESCORIAL Y SUS MEDIDAS ESOTÉRICAS

Vista desde su parte inferior, se comprueba que la bóveda del sotacoro está formada por siete anillos compuestos por dovelas de granito de sección transversal plana que tienen como centro un círculo hecho por dos sillares iguales entre sí y separados por una junta diametral. El ancho de cada anillo es de alrededor de cuarenta centímetros, mientras que el diámetro de la circunferencia central es de ochenta centímetros.

miércoles, 17 de abril de 2013

JERÓNIMO DEL PRADO


ARQUITECTURA DE DIOS

Si hablamos de escritos de arquitectura influyentes, seguramente se nos ocurrirá pensar en tratadistas y arquitectos italianos. Si afirmamos que uno de los tratados arquitectónicos más importantes -desde su creación hasta el siglo XX- es obra de un cordobés, quizá nos sorprenderemos. Pues así es. Me refiero a In: Ezechielem Explanationes, de Juan Bautista de Villalpando, publicado en Roma entre 1596 y 1604. El tratado consta de tres tomos, el primero de los cuales escrito por Jerónimo del Prado y los dos restantes, en realidad los que nos interesan, por el nombrado Villalpando.
Edición del In: Ezechielem Explanationes, 1596-1604<br /><p class=” width=”471″ height=”736″ class=”size-full wp-image-196″ /> Edición del In: Ezechielem Explanationes, 1596-1604
Una de las virtudes esenciales de este escrito teórico consiste en entrelazar las teorías de la Biblia y los conceptos clásicos de la Antigüedad en la descripción y recreación de cómo debió de ser el templo de Salomón situado en Jerusalén, destruido definitivamente en el año 70 d.C. por las tropas del emperador Tito y del cual solamente ha llegado hasta nuestros días el famoso Muro de las Lamentaciones. De hecho, en el foro romano podemos admirar el Arco de Tito (81 d.C.) donde vemos esculpida la procesión de romanos vencedores llevándose, por ejemplo, la Menorah y otros tesoros del templo judaico.
Detalle de los relieves del Arco de Tito (81 d.C.) donde vemos la procesión de vencedores llevándose los tesoros del templo de Salomón en Jerusalén
Detalle de los relieves del Arco de Tito (81 d.C.) donde vemos la procesión de vencedores llevándose los tesoros del templo de Salomón en Jerusalén
Desde tiempos antiguos se había creído que la construcción del templo de Salomón fue debida al dictado directo de Dios. Es decir, el mismo Iahvé habría dicho al hijo de David cómo debía ser el templo. Los arquitectos que querían recrear dicho templo no podían recurrir a otra fuente de información que no fuera el Antiguo Testamento, ya que carecían de documentación al respecto y, como he indicado, el templo fue destruido sin remedio. Si nos referimos a estas referencias delAntiguo Testamento, tenemos que recurrir al segundo libro de lasCrónicas, al primer libro de los Reyes y a la visión del profeta Ezequiel (Ez. 40), donde se habla de un edificio complicado configurado en base a estructuras geométricas, con puertas, atrios, corredores, celdas, habitaciones, pilares, vestíbulos, espacio para sacrificios, habitaciones de sacerdotes… Sobre esta visión profética Villalpando basa su idea de la edificación.
Hasta el Renacimiento, los tratadistas no pretenden investigar con rigor cómo debió de ser en realidad el templo salomónico. El tema se puso de moda y se prolongó en el tiempo, de tal manera que en la corte española de Felipe II hubo serias controversias al respecto. De este modo, otro tratadista español, Benito Arias Montano llegó a dudar del origen divino del templo, mientras Villalpando, como hemos visto, defendía lo contrario. Estas diferencias ideológicas llegan incluso a manos de la Inquisición, el Tribunal de la cual da la razón, como no podía ser de otro modo, a Villalpando.
Planta del templo de Salomón, según Villalpando
Planta del templo de Salomón, según Villalpando
Como vemos en el plano anterior, sería un recinto de planta cuadrada. En su interior, nueve patios cuadrados. Dos de los patios formarían el Sanctasanctórum, con el atrio y el altar de los sacrificios, mientras unos pórticos conectan las distintas alas. Este orden de los espacios simboliza las doce tribus de Israel acampadas rodeando el santuario del Arca del Alianza.
La pericia de Villalpando pasa por conseguir algo nada fácil. Es capaz de demostrar que las indicaciones que describe Ezequiel en su visión son el reflejo exacto de las teorías arquitectónicas del romano Vitruvio. Es decir, casa perfectamente las ideas bíblicas con las reglas de las construcciones de la Antigüedad. Habla de las normas rigurosas de la arquitectura romana como una creación de Dios y les otorga, de esta manera, la categoría de reglas arquetípicas. Toda una proeza intelectual. A esta brillantez de conceptos debemos añadirle que el tratado contiene una cantidad de planos, esquemas, trazados…impresionante para la época y que sirvieron de modelo e inspiración a muchos arquitectos. Villalpando plasma en el papel una arquitectura multifuncional, clara, perfectamente estructurada y que tanto resultaba exitosa en edificios religiosos como en edificios profanos, e incluso en proyectos urbanísticos. Hospitales, escuelas, fábricas, misiones, ciudades enteras tomaron como modelo esta recreación del templo de Salomón, donde estancias y atrios se reparten de manera uniforme, salubre y armónica.
Vista de la fachada con la entrada principal del templo recreado por Villalpando, donde apreciamos las formas clásicas propuestas
Vista de la fachada con la entrada principal del templo recreado por Villalpando, donde apreciamos las formas clásicas propuestas
Y si fuera poco, Villalpando se permite el lujo de idear un orden arquitectónico nuevo, a propósito del templo de Jerusalén. Se trata del elaborado Orden Salomónico, el cual tiene como característica el hecho de que los capiteles de las columnas están decorados con hojas de lis y semillas de granada.
El Orden Salomónico
El Orden Salomónico
La importancia del texto de Villalpando es extraordinaria. Sin duda alguna es la prueba de la talla intelectual de pensadores que por desconocimiento tenemos olvidados, aunque su influencia haya llegado hasta nosotros y que sin su intervención en la Historia, seguramente muchas de las cosas que nos rodean no serían igual…

JUAN BAUTISTA VILLAPANDO


http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=villalpando-juan-bautista

Villalpando, Juan Bautista (1522-1608).

Científico español, nacido en Córdoba en 1522, y fallecido en Roma, en 1608. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1575. Estudió matemáticas y arquitectura en la Corte con Juan de Herrera, a quien en su obra reconoce como maestro. Como jesuita, fue puesto bajo la tutela de Jerónimo Prado para que le ayudara en la elaboración de un amplio comentario al libro del profeta Ezequiel (véase Libro de Ezequiel). Por sus conocimientos, Villalpando fue encargado inicialmente de comentar los capítulos relativos a la descripción arquitectónica del templo de Salomón. En 1592 marcharon juntos a Roma para completar su trabajo; tres años después fallecía Prado sin haber concluido más que los primeros veintiséis capítulos de la obra proyectada. Villalpando continuó solo el comentario y, aunque él mismo murió sin haberlo terminado, llegó a publicar tres volúmenes con el título: Hieranymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesu in Ezechielem explanationes et Apparatus Urbis, ac Templi Hierosolymitani (Roma, 1596-1605).
Como muchos comentarios bíblicos del Renacimiento, la obra de Villalpando contiene abundante información acerca de los más diversos temas, como la astrología, la música, la perspectiva, la numismática y la mecánica. Esta amplia variedad temática sugiere una concepción vitruviana del arquitecto y, al propio tiempo, refleja la influencia en Villalpando de la figura de su maestro Juan de Herrera. Lo que el jesuita intenta demostrar de manera sistemática es que la arquitectura del templo de Jerusalén, inspirada por Dios, respondía exactamente a los principios vitruvianos de armonía y proporción, lo que equivalía a la deificación de la arquitectura clásica resucitada en el Renacimiento. De este modo, Villalpando se inscribe en la línea de la tradición humanista: mostrar la inspiración divina de la arquitectura clásica era insistir en el tema de la armonía preestablecida entre la cultura pagana clásica y la civilización cristiana, tema muy querido por el humanismo.
Los aspectos relativos a las matemáticas y a la mecánica figuran en el tercer volumen de la exégesis. En el primer libro de la segunda parte, "Mathematicarum demonstrationum", expone proposiciones y corolarios tomados o deducidos de losElementos de Euclides. Según Moritz Cantor, figura aquí una solución aproximada y útil del problema de la duplicación del cubo, pero que proviene de Christophe Grienberger, profesor del Colegio Romano. Sin poder establecer el grado de originalidad que le corresponde a Villalpando, la influencia de Grienberger es evidente, ya que el jesuita español lo cita como colaborador de la parte matemática de la obra. En el capitulo VI (II parte, libro 1), Villalpando se ocupa del "centro de gravedad y línea de dirección" y establece veintiuna proposiciones. Entre éstas figura la relativa al llamado "polígono de sustentación": "Los graves que se apoyan en un área permanecen en equilibrio si la vertical trazada por el centro de dicha área pasa por el centro de gravedad, o si la vertical trazada por el extremo de dicha área pasa por dicho centro o, al menos, lo deja al mismo lado del área en que se apoya el cuerpo; por el contrario, si lo deja al otro lado del área, el cuerpo caerá necesariamente". La difusión de este teorema de Villalpando la llevaría a cabo Marin Mersenne, quien en su Synopsis mathematica (1626) lo incluyó junto con otros enunciados y demostraciones del mismo autor relativos a la línea de dirección o vertical que pasa por el centro de gravedad. Según Pierre Duhem, que "redescubrió" a Villalpando, éste había tomado los teoremas y demostraciones de un manuscrito de Leonardo da Vinci. Villalpando no cita a ningún autor, si bien en la primera parte del capítulo que trata de las definiciones remite a Aristóteles, Pappus de Alejandría yFederico Commandino. Lo que dice de Pappus y Commandino, según el mismo Duhem, parece haberlo tomado casi textualmente de Guidobaldo del Monte. René C. Taylor ha sugerido la posibilidad de que Villalpando pudiera acceder a los manuscritos de Leonardo a través de Juan de Herrera. Es muy probable incluso que el jesuita participase, antes de partir a Roma, en la Academia de Matemáticas de Madrid fundada por el propio Herrera, y que en este ambiente se interesara por la estática arquimediana. Otra posible fuente se ha situado en relación con los matemáticos del Colegio Romano y en particular con Christoph Clavius, que había podido introducir a Villalpando en las obras de Commandino y Guidobaldo del Monte sobre el centro de gravedad.
La influencia de Villalpando ha sido particularmente notable en la historia de la arquitectura. Entre los autores españoles, Juan Caramuel de Lobkowitz lo cita con admiración. Iñigo Jones utilizó sus ideas al introducir la arquitectura palladiana en Inglaterra, e Isaac Newton utilizó la obra de Villalpando en su propio intento de reconstruir el templo de Salomón y de determinar sus dimensiones. Como arquitecto, Villalpando había construido algunas residencias e iglesias de la Compañía de Jesús en Andalucía antes de abandonar España, y dejó también diversos planos y proyectos.

Bibliografía.

Fuentes.

Hieronymi Pradi et Ioannis Baptista Villalpandi e Societate Iesu in Ezechielem explanationes et Apparatus Urbis, ac Templi Hierosolymitani Commentarus et Imaginibus illustratus, 3 vols., Roma: C. Vulliettus, 1604.
LÓPEZ PIÑERO, J. M.-NAVARRO BROTÓNS, V.-PORTELA MARCO, E.: Materiales para la historia de las ciencias en España: siglos XVI-XVII, Valencia: Pre-textos, 1976, pp. 28-29.

Estudios.

TAYLOR, R. C.: "El Padre Villalpando y sus ideas estéticas", en Anales y Boletín de la Real Academia de San Fernando, 2, 1952, pp. 3-65.
---: "Architecture and Magic", en Essays in the history of Architecture presented to Rudolph Wittkower, Londres, 1967, pp. 81-110.
---: "Hermetism and Mystical Architecture in the Society of Jesus", en Baroque Art: The Jesuit Contribution, Nueva York, 1972, pp. 63-97.
WITTKOWER, R.: Architectural Principies in the Age of Humanism, 3ª ed., Londres, 1962, pp. 121 y 55.
CANTOR, M.: Vorlesungen über Geschichte der Mathematik, vol. II, Leipzig: Teubner, 1899, p. 662.
PEÑALVER Y BACHILLER, P.: Bosquejo de la Matemática española en los siglos de la decadencia, Sevilla, 1930, pp. 22-35.
DUHEM, P.: "Leonardo de Vinci et Villalpand", en Etudes sur Leonard de Vinci, vol. 1, París, 1906, pp. 53-85.
RODRÍGUEZ CEBALLOS, A.: Diccionario de historia eclesiástica de España, vol. IV, Madrid: C.S.I.C., 1975, p. 2.761.
RYAN, M. T.: Dictionary of Scientific Biography, vol. XIV, Nueva York: Charles Scribner's Sons, 1976, pp. 29-30.
Víctor NAVARRO BROTÓNS

Autor

  • V. N. Piñero

MONASTERIO DE MONTE SIÓN EN JAÉN



Monasterio de Montesión, Cazorla. Jaen Adalucia España Como llegar al Monasterio Montesion´a unos tres o cuatro kilómetros de Cazorla, por el camino de San Isicio, llegando a la fuente, de la Pedriza tomamos el carril de la izquierda subiendo y bordeando y ascendiendo la vertiente norte del cerro de Salvatierra. Se accede a la Romería .y al Monasterio de Montesion al estar resguardada detrás de unos cortados de piedra que lo aíslan de los aires del norte, presentando la magnifica construcción sus paramentos hacia el sur y el oeste. Su nombre religioso es el de Desierto de Montesión tal y como denomina la orden de ermitaños de San Antonio y San Pablo, a estos lugares. Fue fundado, según reza su placa de fundación, por San Julián Ferrer, después de aparecérsele la Virgen María en una cueva al lado de la capilla. Su construcción es bastante desigual en calidad y terminación, destacando sobre todo la parte sur, donde se encuentra la capilla. El resto ha sufrido considerables remodelaciones, sobretodo a partir de la desamortización de Mendizábal, y últimamente, a partir de los años setenta, con la vuelta de los hermanos ermitaños que acondicionaron algunas de sus partes. La Romería celebrara . El dia 25 de Septiembre

EL OBISPO NICOLÁS DE BIEDMA


Nicolás de Biedma

Nicolás de Biedma, (Galicia, ? - Jaén1383). Obispo de Jaén y Cuenca.
Cuando era arcediano de Écija fue nombrado obispo de Jáen en el año 1368, por el papa de Aviñón, Urbano V. Al ver el estado en que se encontraba la catedral de la Asunción de la Virgen decidió su demolición para construirla de nuevo. También gracias a sus peticiones, consiguió el retorno de la reliquia del Santo Rostro que desde 1249 se encontraba fuera de la ciudad, por habérsela llevado Fernando III en sus luchas contra los moriscos a Sevilla y no devolverla por haber ocurrido su fallecimiento en esta ciudad en 1252.
En la galería de obispos del Palacio Episcopal de Jaén, en la parte inferior del retrato del obispo Nicolás de Biedma hay esta lauda:
«Don Nicolás de Biedma de Galicia. Arcediano de Écija, fue electo obispo de Jaén por Urbano V y por Gregorio XI. Año 1376. Visitador de varios obispados en cuyos empleos y otros se portó con acierto. Dícese que restituyó a esta Iglesia de Jaén la Santa Verónica que se había llevado a Sevilla. Fue promovido por su Santidad al obispado de Cuenca. Año 1375'» 

Trasladado al obispado de Cuenca en 1378 permaneció tres años, al cabo de los cuales solicitó de nuevo volver a Jaén, se lo concedieron y ya permaneció en el obispado de Jaén hasta su muerte en 1383, siendo enterrado en el coro de la catedral.

martes, 16 de abril de 2013

TRES GRADOS DE INICIACIÓN

TRES GRADOS DE INICIACIÓN:

-PSEUDOCRISTO DEL PISO INFERIOR: ADOCTRINAMIENTO GENERAL DEL ASPIRANTE
-CÁMARA O SARCÓFAGO QUE ES LA MUERTE FIGURADA
-LA RESURRECCIÓN DEL INICIADO, DEL HOMBRE NUEVO

EL CARRO DE ELÍAS O MERCABA CABALÍSTICO

Para la Cábala, el Carro de Elías se representaba por un cuadrado rodeado de una doble circunferencia.

EL GRIAL CELTA


Los celtas tienen su historia, donde el grial es de forma de caldero, se dice que buscaban el elixir de la sabiduría y mientras  preparaban la cocción si probaban unas gotas de sus dedos podían alcanzar el máximo conocimiento. De este modo comenzó a formarse un linaje en torno al grial, donde incluso existieron magos más poderosos que el mítico mago Merlín.

domingo, 14 de abril de 2013

MAZAS MEDIEVALES


Armamento medieval: La maza

El origen de la maza es muy remoto. Durante siglos, la maza fue un simple garrote endurecido a fuego y poco más. Ya en el siglo XI, se empezó a perfeccionar, dotandola de cabezas de bronce o plomadas para aumentar su contundencia. Ante caballeros protegidos por cotas de malla y yelmos contra los que una pica de infantería poco podía hacer, nada mejor para producir daños internos que un golpe propinado con un arma contundente. Pero los golpes dirigidos a la cabeza solían resbalar en las angulosas y pulidas superficies de los yelmos cónicos, por lo que hubo que dotar los nudos de pinchos o aristas para no ver desviado el golpe. Además, las aristas o púas de una maza producían heridas abiertas, mucho más temibles para el combatiente de la época debido al peligro de contraer una infección que, proseguida de una septicemia, acababa con la vida de cualquiera en pocos días.
La maza adquirió durante los siglos que nos ocupan una enorme difusión. Al igual que el martillo de guerra o el hacha, se convirtió en un arma ideal para el cuerpo a cuerpo tanto a caballo como a pie. Por su similitud con los cetros, hubo monarcas que crearon para su guardia personal cuerpos de maceros, siendo el vesánico rey don Pedro I de Castilla el primero que tuvo a su servicio una unidad dotada de este arma. Incluso hoy día es un privilegio otorgado en tiempos remotos el que haya corporaciones municipales que puedan hacer uso de maceros en actos oficiales, y hasta en los eventos más solemnes celebrados en las Cortes podemos ver tras el presidente del congreso dos señores que, vestidos con dalmáticas con las armas de España, portan sendas mazas como símbolo del poder regio.

Las mazas, como todas las armas que ya hemos visto, fueron también perfeccionándose a lo largo del tiempo, especialmente por el constante desarrollo del armamento defensivo que hacía cada vez más invulnerables a los combatientes. Igualmente y en función del rango de cada cual, usaban armas más o menos lujosas.
En la lámina de la izquierda podemos ver una maza del siglo XI. Es un mango con una cabeza cilíndrica de bronce o hierro con pinchos. Para impedir su pérdida se le ha dotado de un fiador para la muñeca. Como se puede ver, se trata de un arma bien simple: un asta de madera y una cabeza metálica. No había que ser especialmente diestro para manejarla, y cualquier hombre medianamente dotado de fuerza física podía propinar golpes demoledores con ella, cuando no mortales. Si golpeaban en la espalda podían partir la espina dorsal. En la cara podía machacarla sin problemas. Si era en el tronco, podía partir varias costillas que a su vez podían interesar un pulmón, o bien causar severas hemorragias internas o rotura de órganos. En fin, que podía hacerle a uno la pascua.
        
La lámina de la derecha corresponde a una maza de finales del siglo XIV. Su cabeza es redonda y va armada con púas en todo su contorno. Este tipo de maza no tuvo demasiada aceptación debido a que, como consecuencia de los golpes, solían desprenderse los pinchos, por lo que se volvió a la maza barrada, mucho menos problemática y fácil de fabricar. Además, basta ver su apariencia para deducir que este tipo de maza no era precisamente barato. Y si a un elevado precio unimos una durabilidad limitada, es lógico pensar que sus usuarios se decantasen por armas más resistentes. Y no ya por el precio, sino porque verse con el arma estropeada en pleno combate podía costarle a uno la vida.
En la lámina izquierda tenemos un ejemplo de maza barrada, en éste caso fabricada enteramente de hierro. Sus hojas son, como se ven, de forma prismática aunque sin adornos de ningún tipo. Se fabricaron mazas de este tipo con las hojas llenas de aristas, y bastante aguzadas por cierto. La cabeza de armas va rematada por una pequeña púa.
Este tipo de maza fue la que, indudablemente proliferó más. En los museos hay una diversidad inmensa de ellas, desde modelos básicos, sin adornos de ningún tipo, hasta piezas con primorosos cincelados que, no por ello, dejaban de ser efectivas. A los interesados en este tipo de maza les recomendaría visitasen la página web de la Colección Wallace, donde muestran unas cuantas verdaderamente soberbias.
Por lo demás, y a pesar de su apariencia, no eran armas muy pesadas. Su peso oscilaba entre los 1.100 y los 1.500 gramos, y su longitud alrededor del medio metro. Como en todas las armas de esta época, hay que recordar que muchas solían hacerse por encargo, adaptadas al gusto personal y a la fuerza física del que la iba a manejar.
También se elaboraron mazas esféricas totalmente lisas, con mango tanto de hierro como de madera. No tuvieron tampoco la difusión de las dotadas con cabeza barrada, que a lo largo del tiempo que permanecieron en uso fueron,  indudablemente, las que más aceptación tuvieron a todos los niveles. 
En la lámina derecha podemos ver un ejemplo. El arma está toda ella forjada en una sola pieza de hierro. La empuñadura va estriada para mejorar el agarre, y lleva en su extremo inferior un orificio para un fiador para colgarlo de la silla de montar como para asegurarla en la muñeca. 
Pero, como ya se ha dicho, estas mazas tenían el inconveniente de que, por la superficie redondeada de su cabeza, resbalaba sobre los yelmos o demás piezas metálicas que protegían el cuerpo, y no producían heridas abiertas, que eran complicadas de curar por ser desgarros y no cortes limpios. 
Durante toda la Edad Media, e incluso durante los siglos XVI y XVII, la maza fue el arma preferida de muchos combatientes para el cuerpo a cuerpo, y más si eran combates muy cerrados, donde apenas había espacio para manejar armas de más tamaño. Su manejo no precisaba gran destreza ni ser especialmente fuerte. Con una de ellas en la mano, un simple peón podía herir gravemente o matar a un hombre de armas y, quizás lo más importante, eran baratas y fáciles de fabricar por cualquier herrero si nos atenemos a los modelos más básicos.
Añadir como curiosidad que estaba totalmente prohibido solventar reyertas o peleas en las ciudades con armas de este tipo. La gente podía apuñalarse con dagas o espadas, pero no se permitía usar una maza por una malquerencia. Creo que es prueba de que sus efectos tenían peor arreglo que una puñalada.
        

Para las justas y torneos se fabricaron unas mazas diferentes, tal como se aprecia en la ilustración de la izquierda. Como se ve, tiene una empuñadura similar a la de una espada, pero en vez de gavilanes lleva un pequeño varaescudo para detener los golpes que pudieran ir hacia la mano. La empuñadura es de madera forrada de cuero, rematada por un pomo elaborado a base de tiras de cuero formando una bola, como esos llaveros que suelen vender en las guarnicionerías o en las tiendas de efectos navales. Su forma es como la de una cabeza barrada, pero mucho más larga. Estaban fabricadas de madera, a fin de ser contundentes, pero que no pudieran hacer daños irreparables. Iban provistas de un fiador para evitar su pérdida que se fijaba mediante una argolla al peto en vez de a la muñeca.






Fabricación

En función del mango, tenemos que podían estar fabricados de madera, hierro o bronce. Según su nudo o cabeza de armas, tendremos los siguientes tipos:

  • Cabeza esférica lisa
  • Cabeza esférica punzante
  • Cabeza barrada
  • Cabeza de enmangue cilíndrica punzante
  • Cabeza de enmangue barrada
Las barradas que, como hemos dicho, fueron las más habituales, se elaboraban de la siguiente forma:
Si observamos la foto de la izquierda, veremos una cabeza de enmangue barrada con mango de madera, o sea, el tipo habitual en la infantería. Su cabeza de armas no es más que un cubo de enmangue, un cilindro de hierro en el que va embutido el cuerpo principal de la maza, que se fabricaba partiendo de una lámina sobre la que se abrían unas ranuras en las que se iban encastrando las hojas. Estas, según vemos en el croquis de la derecha de la foto, eran forjadas con dos o más casquillos que se introducían en la lámina y se remachaban en ella, quedando ambas piezas sólidamente unidas. Lo habitual eran entre seis u ocho hojas. Una vez remachados, la pletina sería enrollada y soldada al cubo de enmangue, quedando así unido todo el conjunto. Como remate de la cabeza se le solía añadir un casquillo que actuaba como tapón para afianzar aún más la cabeza al cubo de enmangue, quedando soldado o remachado al mismo.
En las mazas que eran enteramente metálicas y con el mango macizo, las hojas debían necesariamente ir soldadas, lo que haría el proceso más caro. Un sistema similar al anterior debían seguir para unir los pinchos a las esferas metálicas de las mazas de cabeza redonda: una púa con forma de pirámide triangular o cuadrangular provista de un casquillo que sería embutido en la esfera y soldado. Obviamente, la sujeción del pincho no alcanzaría la solidez del sistema usado para las mazas barradas, motivo por el que se soltaban como consecuencia de golpear sobre superficies metálicas.


En cuanto a las cilíndricas de enmangue más primitivas, el método era el mismo que con las cabeza barradas. Como se ve en el croquis de la derecha, se trata de una lámina en la que se embutían las púas, que eran remachadas. Luego se enrollaba en forma de cubo y se les ponía el mango. Al tener estas mazas el mismo problema de debilidad que las esféricas, parece ser que se optó por fabricarlas de bronce por lo que, al ser todo una sola pieza salida de una molde de fundición, su solidez era mucho mayor.
Como dato curioso, añadir dos comentarios al respecto a modo de colofón. Uno es que las mazas eran las armas usadas por los clérigos. Sí, que nadie se sorprenda. Muchos obispos, abades o incluso papas iban a la guerra al frente de sus tropas. Recordemos sin ir más lejos al belicoso Julio II, o al papa Borja, que fue, antes que pontífice, gonfaloniero del ejército vaticano. Bien pues, como decía, era usada por los clérigos, al menos allá por los albores del milenio, debido a que con ella "no derramaban sangre cristiana". Mandaban a sus enemigos al otro barrio pero, eso sí, sin derramar sangre.
Y por otro lado, el uso de la maza resurgió en la Primera Guerra Mundial, fabricada de forma artesanal por las tropas de asalto. En éste caso, usaban mangos de granadas erizados de clavos, e incluso modelos más elaborados, posiblemente a nivel de unidad, con cabezas ferradas con púas. En las escuadras de strümtruppen del ejército imperial alemán, cuando salían de noche a dar golpes de mano en las trincheras enemigas, siempre solía ir un soldado portando en la mano derecha una maza y una pistola P-08 con cargador de caracol en la izquierda. 
Bueno, con esto creo que queda el tema de las mazas más que claro. El que quiera saber algo más, que pregunte. He dicho.

ORGANIZACIÓN MASÓNICA LOS DOCE APÓSTOLES


REDUCIDA ORGANIZACIÓN MASÓNICA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, RELACIONADA CON LA LÁPIDA TEMPLARIA Y LA MESA DEL REY SALOMÓN.



sábado, 13 de abril de 2013

TAROT-CÁBALA

Página de Referencia



Aunque ha sufrido cambios en la interpretación, así como en las ilustraciones, el tarot suele ser el mismo. Se compone de 78 cartas: 56 arcanos menores que dieron origen a la baraja de naipes (cuatro palos o elementos compuestos cada uno de diez números, sota, caballo y rey, desapareciendo la reina en algunos juegos y permaneciendo como dama en otros) y 22 arcanos mayores que consisten en unas cartas misteriosas de profundo significado esotérico.
Existen muchos tipos y diseños diferentes de Tarots, pero el de Marsella es el más antiguo que se conoce. Según algunos se imprimió por primera vez en Francia, al parecer hace poco más de 250 años, pero fuentes fidedignas aseguran que es indudablemente más antiguo.
Su simbología, compuesta de un complejo compendio de arquetipos, colores y formas, nos acerca y vincula a los secretos iniciáticos, a los símbolos de la tradición.



viernes, 12 de abril de 2013

TRATADO DE ALQUIMIA DE SANTO TOMÁS (VIII): LA MAGNESIA ÁRIDA


LA MAGNESIA ÁRIDA

Recibe del sol común depurado, esto es, en el fuego calentado, porque es fermento de la rubicundez....
Atiende que deben ser ni más ni menos que dos onzas de toda la materia .
 Esté contínuamente ardiendo de noche y de día, que nunca se apague, y la llama derechamente dé en lo una vez encerrado, con todo eso no toque la olla, y se extienda semejantemente a todas las partes del hornillo, bien negras.  
Mas si después de un mes o dos quisieses mirar, verás flores vivas y colores principales, como negro, blanco, citrino y rubio, entonces, sin alguna operación de tus manos, con el régimen del fuego sólo, lo manifiesto será escondido  y lo escondido se hará manifiesto.  
Por lo cual nuestra materia a sí misma se lleva al perfecto elixir volviéndose en polvo sutilísimo, que se llama tierra muerta, o hombre muerto en el sepulcro, o magnesia árida, porque el espíritu en él esta ocultado en el sepulcro, y del ánima casi se apartó. Permítela pues estar entonces, desde el principio hasta veintiséis semanas, y entonces lo grueso está hecho grácil, lo leve ponderoso, lo áspero suave, y lo dulce amargo, por la conversión de las naturalezas, cumplidas ocultamente por virtud del fuego.  

miércoles, 10 de abril de 2013

LA MESA DE SALOMÓN




La Mesa de Salomón (rey de Israel entre el 978 y el 931 a.C.) -también conocida como Tabla o Espejo de Salomón.
Según la leyenda el rey plasmó todo el conocimiento del Universo, la fórmula de la creación y el nombre verdadero de Dios.
No puede escribirse jamás y sólo debe pronunciarse  para provocar el acto de crear. 
 Sólo era pronunciado, con voz queda, por un sacerdote del templo, una vez al año.
 Según la tradición cabalística “Salomón lo confía a una forma jeroglífica de alfabeto sagrado que, aunque evita la escritura del Nombre, contiene las pistas necesarias para su deducción.
 Este jeroglífico tiene como soporte material un objeto: la llamada Mesa de Salomón”.
La trascendencia de la tabla está en que daría a su propietario el conocimiento absoluto (ya que el pronunciar el nombre de Dios significa abarcar a toda su creación).
La imagen de dos caballeros templarios sobre un caballo podría descomponerse así:
-El caballo significa "la cávala" (el poder de los números).
-Los dos caballeros son los dos iniciados que conocen el nombre que genera la creación.