El pueblo Fang tiene su propia mitología. Tendríamos que buscar sus orígenes en el noreste de África. Hacia el siglo VII comenzaron su huida ante la llegada de los musulmanes. Para la religión musulmana es lícito esclavizar a los no musulmanes. Los Fangs persistieron en sus creencias ancestrales y comenzaron su larga peregrinación en busca de una nueva tierra. Sus orígenes están en Sudán, Egipto y Etiopía. En esa época, mitológica y dorada, previa a la peregrinación, serían una sociedad matrilineal, dominada por reinas y con mayor hincapié en la descendencia vinculada a la mujer. Igualmente dominarían la ciencia, diversas ciencias. Incluso ellos intentan asemejarse a los constructores de las pirámides egipcias. Cada pueblo, cada lugar, que tenían que atravesar suponía un enfrentamiento y, al final, una nueva migración. Su propia lengua quedó olvidada y fueron adquiriendo rasgos lingüísticos de los pueblos que atravesaban. La guerra fue teniendo prioridad sobre la ciencia y la sociedad se hizo, progresivamente, más centrada en el hombre. La eventualidad de sus poblados obligó a abandonar las viejas técnicas de momificación de los cadáveres y se sustituyó por el control de los huesos. Los primitivos Fangs serían vegetarianos y, poco a poco, sus hábitos se fueron convirtiendo en carnívoros. Llevaban consigo los huesos de los antepasados en pequeños recipientes. Y así, en un éxodo interminable, llegaron hasta las tierras que ocupan actualmente. La ciudad de Niefang en Guinea Ecuatorial significa "el límite de los Fang". A partir de allí comenzaba la tierra de los Ndowe.