Espíritus benignos asociados comúnmente a volcanes y montañas, estrechamente relacionados con los humanos, no solamente porque han sido sus orígenes, sino porque ellos mismos pueden convertirse en wangulén o pillán.
Hay dos grupos:
- Antiguos: aparecieron en el Wenu Mapu (cielo), cuando aún era oscuro y el tiempo no había comenzado, tuvieron la tarea de engendrar la luz para iluminarlo, son estrellas llenas de luces y colores.
- Antepasados: corresponden a un fundador de un linaje o familia. Vigila y defiende a sus miembros. A ellos se les dedican oraciones para agradecerle por lo recibido y para que su pueblo sea beneficiado. De igual forma los hombres mapuches pueden convertirse en pillanes (las mujeres en wangulén) cuándo mueren si tuvieron una gran descendencia que los recuerden y que honren su memoria, y en vida siguieron las tradiciones y leyes mapuches.
- El Pillán Mapuche puede considerarse como una forma de reencarnación, como una especie de "espíritu intercesor". No es ni bondadoso ni malicioso. Exige que se le venere pero, al mismo tiempo, protege a su grupo. También podrían considerarse como semidioses.
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