En
esta verbena masónica, en la que se ha convertido Madrid, la mayoría
de los ciudadanos desconocen la simbología con la que se van
llenando sus calles.
Para
empezar he escogido esta imagen. Está colocada en un edificio que
lleva casi dos siglos de existencia. Se encuentra muy cerca del
congreso de los diputados (perdónenme que me apetezca escribirlo con
minúsculas). Lo curioso es que este símbolo sobrevivió al
franquismo y eso me hace pensar en diversas hipótesis. Antes de nada
debo aclarar que no se trata de un símbolo aislado sino de multitud
de ellos en una escalera (tampoco es casualidad).
Veamos
el significado. En el centro hay una estrella
pentalfa con la punta hacia arriba
Pues
bien, de allí salen tres líneas también conocidas como las tres
grandes luces masónicas. La primera indica el Libro Sagrado (que no
es la Biblia) sino las normas de la logia. La segunda indica la
escuadra y la tercera el compás. El próximo día contaré el número
exacto de pentalfas. No sé por qué pero creo que será múltiplo de
cuatro.
¿Y
qué significa la circunferencia? Es una figura que se cierra sobre
sí misma y significa la perfección. El gran maestro de los masones
podría simbolizarse como un ser cuyo centro está en todas partes y
por tanto hay infinitud de circunferencias. Todo lo perfecto, para
ellos, tiene forma de circunferencia, como la corona de un rey o un
simple cinturón (esperemos que no salgan depósitos grasos a los
lados).
Pues
bien, el franquismo era, en principio, intolerante con la masonería.
¿Cómo puede explicarse que hayan persistido infinidad de símbolos?
- Por ignorancia. Es poco creíble. Era gente preparada.
- Por tolerancia y respeto a la historia. Sería una conclusión curiosa. No me extrañaría.
- Por considerar que nadie iba a entender la simbología. Es posible.
- Porque muchos masones estuvieran en su propia estructura. No lo descarto.
En
cualquier caso, la masonería es una estructura de poder donde no
puede entrar, pongamos un ejemplo, un aprendiz de albañil en el
paro. Trata de manipular la sociedad desde arriba. Yo, como carlista
busco una sociedad de hermanos en Cristo que desde abajo, nunca en
conciliábulos ni desde arriba, busquen la perfección de los santos
y la unión espiritual de lo creado. Por tanto, la rechazo y me
desagrada la infiltración de símbolos a que estamos siendo
sometidos. Iré poniéndolos de manifiesto uno a uno para que sepamos
lo que nos rodea y su inmenso poder.
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