CARGA DE LA CABALLERÍA PESADA TEMPLARIA
miércoles, 15 de noviembre de 2017
LA PUERTA DE EUROPA O LAS TORRES KIO. ¿UN MONUMENTO DIABÓLICO?
En principio observamos las dos torres inclinadas. Sin duda corresponden a las torres de Boaz y Jazkin de la masonería. Empezamos a jugar con los números.
Cada una de ellas tiene 114 metros de altura:
1+1+4 es igual a 6.
La angulación de las torres es de 15 grados, tal como ocurre en la arquitectura templaria.
1 +5 es igual a 6.
En el centro hay un gran obelisco que también tiene un diámetro de 6 metros.
En total tenemos escrito a la entrada de Madrid el 666, el famoso número de la bestia.
Pero hay más:
Cada torre tiene 27 pisos; 2+ 7 igual a 9 (lo opuesto del séis).
Según la máxima masónica, lo que es arriba es abajo por lo que el nueve y el séis vienen a ser lo mismo.
Las dos torres muestran triángulos complementarios. Los más llamativos están en la parte interna. Ahí vuelven a decirnos aquello de "lo que es arriba es abajo".
¿Y el obelisco?
Se trata de un dispositivo lleno de tubuladuras que producía un movimiento ondulante. Visto desde cerca da la sensación de encontrarnos ante una enorme serpiente en pie. Este dispositivo ya no se pone en marcha, desde hace años, por lo caro que es su mantenimiento.
Un obelisco masónico tenía que ser más grande que el de la catedral. La altura de la catedral de Madrid es de 92 metros. La del obelisco la supera con creces. En nuestro caso, las dos torres masónicas parecen inclinarse hacia el obelisco con una muestra de sumisión o respeto.
En la Plaza de San Pedro de Roma se encuentra el obelisco de Calígula que, en tiempos, estuvo en el circo romano. A su vez provenía del lejano Egipto. Cuando trataron de levantarlo en el siglo XVI las cuerdas no resistían hasta que a alguien se le ocurrió que había que mojarlas. Llenas de agua cumplieron su función. Extraña casualidad. Si lo vemos desde abajo, en su cúspide, observamos una pequeña cruz como ocurre con otros obeliscos colocados en los últimos años. Es como si la serpiente devorara a la cruz o la cruz tuviera, para ellos, un significado diferente.
Curiosamente en la película de Álex de la Iglesia El Día de la Bestia se hace alguna referencia, en clave de humor, a la finalidad satánica del monumento.
Queda resaltar que el obelisco es obra de Francisco Calatrava que, al parecer es miembro de la masonería y que el alcalde de aquellos tiempos (Francisco Ruiz Gallardón) es muy probable que también lo sea.
¿Por qué se habrán empeñado en satanizar el aspecto de Madrid?
(Este autor no tiene nada que ver con la masonería, ni en el pasado, ni en el presente ni en el futuro)
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