La primera es la cruz cátara de un castillo del Languedoc. La segunda se encuentra en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Galapagar, en su ábside. Data del siglo XVI y es que los cátaros han seguido, siempre, entre nosotros. ¿Coincidencia?
La creciente comunidad fue condenada en los sínodos de Charroux (1028) y Tolosa (1056). En síntesis esa forma de pensamiento consideraba que el alma del hombre había sido creada por Dios. En cambio el universo era obra del llamado demiurgo (que no es exactamente el diablo sino una especie de Dios menor ambivalente y dotado de amplios poderes).
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