Por toda Europa occidental parecen haber existido en tiempos prehistóricos bosques sagrados. Supuestas residencias de deidades locales, estos bosques podían ser naturales o plantados; bosques de un templo, constituidos por árboles plantados que lo rodeaban; y bosques en torno a o sobre lugares de enterramiento. Su característica común era la inviolabilidad; solo podían entrar en ellos los sacerdotes o los participantes en una ceremonia. En algunas tradiciones, cortar un árbol de un bosque sagrado podía acarrear la muerte del infractor. Hay todavía hoy huellas de bosques druídicos en ciertas zonas de Francia, el Reino Unido e Irlanda.
El antiguo bosque sagrado de Nemi cerca de Roma, Italia, estaba consagrado a Diana . El nombre de Nemi significa un bosque que contiene praderas, espesuras y un grupo de árboles que se consideran sagrados. Dentro de un nemus se abrían claros para que pudieran pastar los animales.
Parece que en la antigua Galia cada tribu poseía un lugar sagrado de reunión rodeado y protegido por árboles. Eran centros de ceremonias religiosas, y su destrucción se veía con el mismo horror que suscitaría hoy el incendio de un templo o una iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario