La Inmaculada Concepción, obra de Francisco de Rizzi, que se encuentra en el museo de Cádiz, tiene algo especial. La corona de estrellas es superior a doce (recordemos que es el número habitual de estrellas en sus representaciones, y que también coincide con el número de estrellas de la Unión Europea). Pero hay dos círculos de estrellas: uno interior y otro exterior. Si vemos el cuadro desde muy cerca podemos encontrar cómo cada estrella interior se conecta, con una delgada franja luminosa, con la franja exterior. Una vez más nos encontramos con el lema hermético: "lo que es arriba es abajo".
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