Según la Cabalá el universo se divide en creador y criaura. El creador da, la criatura recibe. La criatura exageró sus demandas de recibir y descendió los 125 escalones espiriuales. El deseo puro se partió así en miles de deseos y cada deseo individual en 613 deseos. Ese estado primigenio de equilibrio entre el creador y la criatura se denomina ADAR HA RISHON. Para volver a él existen dos caminos:
-El camino del dolor que aporta cada día el propio devenir de la historia.
-El camino de la Torá que consiste en transformar el deseo hacia el altruismo. Ese trabajo no es hecho por nosotros, en su totalidad, sino que debemos ser iluminados por un sexto sentido llamado MARSACH. Llegamos así a percibir el mundo en su totalidad, sin dualismos.
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