“Debemos partir de un punto. La bula Vox in Excelso necesitaba ser ratificada por el Concilio de Viena de 1312. Debemos señalar que antes de que el Papa Clemente V empezara a hablar, un sacerdote indicó que so pena de excomunión, nadie estaba autorizado para hablar ni interrumpir al Santo Padre, salvo que éste le diera la palabra.
Consecuentemente, en silencio escucharon… y en silencio se fueron, pues en ningún momento el Papa otorgó la voz a alguien más. En este punto radica el artificio del Papa para evitar la supresión total de la Orden, pues en el concilio era necesario expresar opiniones para que así pudiera considerarse.”
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