Ya hemos visto en otro apartado el principio de la correspondencia. Pues bien, el PRINCIPIO DE LA MOVILIDAD consiste en que nuestro mundo está lleno de objetos en movimiento. Pongamos como ejemplo la hélice de un avión. Mientras gira a gran velocidad es casi imperceptible su figura, aunque percibamos sus efectos. Cuando para, entonces vemos su estructura. Todo se mueve a tan alta velocidad que no podemos captarlo; lo vemos con nitidez cuando ya es sólo un recuerdo: cuando ha muerto, se ha parado. Por eso los sentidos no son "el patrón oro" para captar la existencia de lo que nos rodea.
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