PRIMERA: Te estudiarás en detenido examen cada día, como estudia el naturalista una flor, un insecto, una raíz, una piedrecilla, una gota de agua.
SEGUNDA: La vida armónica en común, es un ensayo en la tierra de lo que es la vida en los mundos de elevación.
TERCERA: Procura educar tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad en forma que no discrepes jamás con el armónico conjunto de tus hermanos.
CUARTA: En la vida espiritual, el pesimismo es como la oruga venenosa que lentamente destruye los jardines en flor. Casi siempre nace de una soberbia oculta y sutil con apariencias de celo apostólico o deseo del bien general.
QUINTA: La paciencia que es necesaria para obtener éxito en los distintos aspectos del progreso humano, es aún más indispensable en la vida espiritual donde no se lucha con elementos tangibles y con fuerzas materiales, sino intangibles, invisibles e inmateriales.
Eres un viajero eterno, ¡oh Kobda!, y necesitas llenar abundantemente tu odre de aceite que te baste hasta el final del viaje. Este aceite es la paciencia que suaviza todas las asperezas, y que hace girar regularmente los secretos rodajes y resortes de tu vida interior. Esta paciencia te es necesaria contigo mismo y mucho más con los seres con quienes convives y con los acontecimientos que, sin buscarlos, te ocurren.
No debes irritarte contra ti mismo, cuando te ves vencido por tus pasiones y debilidades o caes en descuidos o faltas que quieres evitar, sino humillarte ante Dios y continuar de nuevo tu camino.
No debes irritarte contra los demás cuando en un orden o en otro no responden a lo que tú esperas de ellos, y tranquilamente debes pensar que su evolución es escasa todavía, que son espíritus jóvenes y que si fueron puestos en tu camino será para que los ayudes y no para que, irritado, te apartes de ellos, con lo cual nada saldrías ganando, ni para tu progreso ni para el suyo.
SEXTA: En los caminos espirituales, colectivos o en común, es peligroso el deseo febril de palpar el éxito si este deseo produce inquietud y perturbación de la paz y serenidad interior, porque esta perturbación e inquietud nos aleja del éxito en vez de acercarnos, y estorba grandemente el desarrollo de las facultades psíquicas.
SÉPTIMA: Si fueres destinado a obras materiales aplícate a ellas con amor y desinterés.
OCTAVA: Lo que has obtenido o realizado tú, debe ser para todos los que lo desean y se colocan en condiciones de comprenderlo y practicarlo.
NOVENA: Las palabras tuyo y mío no existen en el vocabulario.
Las Ojivas
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