En Israel hacía falta un nuevo liderazgo urgentemente. Así que, Dios ordenó que un anciano de cada una de las doce tribus trajera una vara de madera con su nombre escrito en ella y que la dejara en el tabernáculo durante la noche. Después dijo: "Florecerá la vara del hombre que Yo escoja..." . A la mañana siguiente, la de Aarón "...había brotado, y echado flores..
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