TRÍPTICO CERRADO
El Jardín de las Delicias fue pintado por Hieronymus van Aken, El Bosco o Jerónimo de Aquisgrán (conocido por estos tres nombres). El Jardín de las Delicias es un retablo de 2,20 x 3,89 m. Confiscada en los Países Bajos al príncipe protestante Guillermo de Orange en 1568. Se encuentra en la sala 56a del Museo del prado.
PANEL IZQUIERDO
PANEL IZQUIERDO
Este panel representa el paraíso terrenal en el último día de la Creación, una vez que el Supremo Hacedor había terminado su misión con Adán y Eva. El color principal que domina el paisaje es amarillo, tirando a ocre, pues es mayor el espacio que ocupa la tierra recién creada que el mar o el cielo. Un arroyo o un río, según se mire, divide en dos el paisaje y lo tomo como referencia para separar lo que veo. En la parte superior del cuadro, una montaña picuda se dibuja contra el cielo azul, en sus laderas, bichos supongo que recién creados deambulan desperdigados. Son animales blancos, sin color, de entre los cuales distingo bien un elefante y una jirafa; en las orillas del rio beben agua unicornios y centauros y sin orden ni concierto pequeños arbolillos adornan el paisaje. Hay, además, unos bichos desconocidos con forma de huevo, protegidos por una sombrilla abierta. Descendiendo la mirada, llegamos al río y aquí he de pedirte un esfuerzo mayor por soñar lo que estoy viendo. En medio del agua, se levanta un, ignoro si mineral, vegetal o animal, monolito de color rojizo que a mí se me antoja una cigala puesta en pié, apoyada sobre sus pinzas y levantando al cielo su cola. Digo cigala, pero podría ser langosta o escorpión en mi búsqueda de encontrar un semejante al bicho o lo que sea.
Pasamos el agua y entramos en el tercio inferior del cuadro y sobre un prado, entre pardo y verdoso, al pie de un árbol que podría ser palmera, chumbera o una especie traída de otros mundos, tres figuras: Adán, desnudito, sentado en el suelo, con las piernas estiradas y el brazo derecho en el suelo mira con asombro al Creador, en el centro, con túnica rojiza, mientras Eva, a la derecha, de rodillas, con la vista baja, se inclina en una reverencia apenas iniciada ante su Hacedor que la toma una mano. Remata la escena una selección de pájaros rarísimos que rodean al trío.
Pasamos el agua y entramos en el tercio inferior del cuadro y sobre un prado, entre pardo y verdoso, al pie de un árbol que podría ser palmera, chumbera o una especie traída de otros mundos, tres figuras: Adán, desnudito, sentado en el suelo, con las piernas estiradas y el brazo derecho en el suelo mira con asombro al Creador, en el centro, con túnica rojiza, mientras Eva, a la derecha, de rodillas, con la vista baja, se inclina en una reverencia apenas iniciada ante su Hacedor que la toma una mano. Remata la escena una selección de pájaros rarísimos que rodean al trío.
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