Cuatro enormes pilares dóricos de 8 metros de lado cada uno y decorados con dos de pilastras dóricas; sobre ellos se levanta el granítico cimborrio circular de 17 (1 + 7=8 derivado del cuatro) metros de diámetro.
Asimismo, el Monasterio del Escorial tiene cuatro grandes lados.
El cuadrado representaba a la Iglesia.
-El Tabernáculo, donde se guardan las Sagradas Formas, es una obra única en su género. Está situado en el centro del primer cuerpo del Retablo Mayor.
Los cuatro evangelistas colocados en los intercolumnios del templete sirven como decoración escultórica.
Cuatro escenas del Antiguo Testamento, pintadas por Tibaldi, decoran el pequeño espacio que hay detrás del Tabernáculo.
tiene un rico zócalo de jaspes como base y sobre él se levantan ocho columnas del mismo material.
Sobre la cornisa están colocados ocho apóstoles, y la figura de El Salvador remata el cupulín.
TABERNÁCULO
Patio de los Evangelistas: (1593) Obra de J. B. Álvarez de Toledo se concibe como un claustro de dos pisos (arquería dórica en el piso inferior y jónica en le superior) todo con la máxima perfección geométrica y rigor purista. En el centro del patio se alza un templete de planta octogonal (símbolo del bautismo) con cúpula, obra de Juan de Herrera, y en él se sitúan cuatro hornacinas con las estatuas de los evangelistas que dan nombre al patio, obra de J. B. Monegro. Bajo el templete hay una fuente de la que parte cuatro canalillos (los cuatro ríos del Paraíso) de acuerdo con la tradicional simbología que considera al claustro como una representación de la Jerusalén celeste (Paraíso) en cuyo centro se cruzan las coordenadas espaciales. Del patio de los Evangelistas dice el Padre Siguenza, cronista del monasterio en el siglo XVI: “Imaginé este claustro como místico paraíso terreno, y que de él, como de aquel que plantó Dios, salían cuatro fuentes o ríos que regaban la tierra”.
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